En la región china de Fujian hay cerca de 3.000 edificios residenciales de forma circular, son las llamadas ‘casas redondas’ o ‘tulou’. Sin embargo, únicamente hay 46 protegidos por la UNESCO, los más grandes o excepcionales. El resto, de menor tamaño o importancia, se deterioran a marchas forzadas sin un plan estatal que ayude a su conservación. Todas las iniciativas para salvar estos curiosos inmuebles que tiene su origen en el siglo XII –y en los que pueden llegar a vivir hasta 80 familias– son privadas.
Estas construcciones de gruesos muros de hasta dos metros de grosor que recuerdan a los coliseos romanos están viviendo un éxodo de residentes. Sus habitantes se trasladan a las grandes ciudades en busca de mejores oportunidades.
En origen, servían de vivienda a la totalidad de los miembros de un mismo clan. Constituían pueblos enteros de hasta 800 personas, que solían llamarse ‘pequeños reinos familiares’ o ‘pequeñas ciudades prósperas’ y usaban sus gruesos muros para protegerse de los bandidos. Hoy, sin embargo, sirven de refugio para familias rurales de escasos recursos.
Via idealista