Ha sido bautizado como ‘Yi qi’ (ala extraña en mandarín), debido a la anatomía de sus extremidades, más parecida a la de las ardillas voladoras y los murciélagos que a la de las aves.
El nombre científico que se le ha adjudicado, el más corto que se ha dado jamás a un dinosaurio, no es casualidad. Yi qi (ala extraña en mandarín) poseía un hueso largo, que se extendía como una fina varilla desde cada muñeca hasta el final de una especie de ala, que en la actualidad sería lo más parecido a las de las ardillas voladoras o los murciélagos. Sin embargo, ningún ave presenta estas características en la actualidad.
Los investigadores de diversas instituciones chinas pensaron que darle este nombre «era apropiado, ya que ningún otro pájaro o dinosaurio tiene alas con la misma forma», apuntan. El dinosaurio supone, por esta razón, una nueva incógnita evolutiva para los científicos, que tratan de averiguar cómo los pájaros desarrollaron sus estructuras aéreas actuales.
Probablemente sólo planeaba o llevaba a cabo vuelos cortos de un árbol a otro
Dada la morfología de su ala, los investigadores pensaron en un primer momento que este animal no podía volar. El fósil, encontrado en la región de Hebei, al noreste de China, por un campesino local, presentaba plumas junto al esqueleto, pero eran demasiado estrechas y de tipo filamentoso como para formar una superficie de vuelo útil, según se apunta en el estudio publicado en la revista Nature.
“No podemos conocer con exactitud si Yi qi volaba o planeaba, pero definitivamente desarrolló unas alas que son únicas en el contexto de la transición de los dinosaurios a las aves”, señala a Sinc el profesor Xing Xu, de la Academia China de la Ciencia, y líder de la investigación, quien añade que este pequeño terópodo perteneció a un reducido grupo de dinosaurios emplumados hasta ahora sólo descubiertos en su país.
El mini ‘Bat-dino’ de vuelos cortos
Los científicos llegaron a la conclusión de que existe una relación entre Ala extraña –de unos 380 gramos de peso con una cabeza de cuatro centímetros de largo– y algunos mamíferos actuales.
Fue el investigador canadiense Corwin Sulliwan, del Instituto de Paleontología de Vertebrados de Pekín (China), quien descubrió, en un proyecto diferente sobre el vuelo de vertebrados, que la ardilla voladora presenta una varilla de cartílago unida a la muñeca para mantener la membrana utilizada en sus vuelos. “Esto me resultó familiar y comenzamos a investigar el nuevo dinosaurio”, comenta.
Estas alas son únicas en el contexto de la transición de los dinosaurios a las aves
La función de esta estructura área con varillas en las extremidades es siempre la misma en estos animales: sirve para mantener las membranas aerodinámicas. Por ello, “las alas membranosas de este tipo de dinosaurios son similares a las de los murciélagos o ardillas voladoras”, explica Xu.
Al igual que sus estos mamíferos actuales, Yi qi no fue capaz de realizar vuelos largos o prolongados en el tiempo. El estudio apunta que incluso ante una posibilidad de volar –y no sólo de planear– se limitaría a vuelos cortos, entre árboles o desde el suelo a zonas poco elevadas.
En cualquier caso, el líder de la investigación concluye que este dinosaurio fue pionero en la evolución del vuelo en las aves. Además, subraya la “complejidad de la transición que se llevó a cabo de dinosaurios a aves, que no heredaron todas estas innovaciones de vuelo”.