Xiaomi no parece tener muchos problemas en que sus teléfonos no ingresen dinero para la compañía, a juzgar por lo que ha dicho Hugo Barra, su vicepresidente global, a Reuters en una reciente entrevista.
De forma aislada, se podría tomar esta declaración como fanfarronería o como una mentira, por eso hay que ir más allá y entender no solo el mercado de china, sino los objetivos de la empresa a largo plazo.
Según Barra, podrían colocar 10.000 millones de móviles y no harían dinero ni por esas, por lo que el objetivo de Xiaomi es crear una marca y una idea a su alrededor para explotar a largo plazo.
A su vez, la empresa está invirtiendo cada vez más en más frentes, desde un ordenador hasta dispositivos de domótica para casas inteligentes, pasando también por el software y los servicios. Es en este último apartado donde intentan crecer para conseguir ingresos y beneficios a medio y largo plazo.
En este sentido, parece como si Xiaomi considerara su teléfonos una plataforma para otros productos más rentables, lo que puede resultar cuestionable a los propietarios de sus teléfonos. A su vez, esto pondría en duda el razonamiento de Barra: si hay menos teléfonos en el mercado, esto perjudica a sus servicios.
Las ventas de móviles descendieron en 2015 un 12% a nivel global. En China, se espera que el mercado venda un 45% menos en el tercer timestre de 2016, pues el mercado se ha saturado, como ya pasó en Europa o EEUU.
Xiaomi prepara su aterrizaje en EEUU, mercado donde todavía no está presente de forma oficial. Su presentación en el CES de Las Vegas, donde supuestamente presentará un nuevo móvil, es la antesala de una estrategia global.
