El presidente chino, Xi Jinping, partirá mañana, lunes, hacia el Reino Unido para realizar una visita de Estado de cinco días en la que tratará de aprovechar la renovada sintonía con Londres para estrechar los lazos entre ambos países y explorar oportunidades de negocio.
La prensa oficial del régimen comunista insiste hoy en que el viaje de Xi, el primero de un jefe de Estado chino al Reino Unido desde 2005, supondrá el inicio de una «década dorada» en las relaciones chinobritánicas.
Quedan ya olvidados desencuentros anteriores, motivados sobre todo por la reunión del primer ministro británico, David Cameron, con el dalái lama en 2012, que enfriaron las relaciones bilaterales durante algunos meses de la primera legislatura del «premier» conservador.
Londres se esforzó por revertir esa situación con simbólicas decisiones como la de convertirse en el primer país occidental en solicitar su ingreso en el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) impulsado por Pekín, un gesto que agradó tanto a China como disgustó a Estados Unidos.
«El Reino Unido tomó la iniciativa al sumarse al BAII y mostró su su coraje y su compromiso político con China», explicó el vicepresidente del Instituto Chino para las Relaciones Internacionales Contemporáneas, Feng Zhongping, en un reciente encuentro con periodistas.
El primer ministro chino, Li Keqiang, y el ministro británico de Economía, George Osborne, ya exhibieron el mes pasado en Pekín esa sintonía con la firma de 53 acuerdos, varios de ellos encaminados a usar la «City» londinense como puente para la internacionalización de la divisa de la segunda economía mundial, el yuan.
Se espera que la visita de Xi sirva para madurar esos convenios, que incluyen proyectos de envergadura como la construcción de la primera central nuclear diseñada y operada por China en suelo occidental y de líneas ferroviarias de alta velocidad.
Todo ello será abordado en la reunión de Xi con Cameron, uno de los puntos clave en la agenda del mandatario chino, que también contempla encuentros con líderes de otros partidos y empresarios, un discurso en el Parlamento, una visita a Manchester y una ceremonia de bienvenida de la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham.
Fuente: eleconomista
