La visita de los importadores bolivianos a la República Popular de China es planificada una o dos veces por año, especialmente en las fechas en las que se realizan las ferias que son abril y octubre.
POR: MELISSA REVOLLO MREVOLLO@OPINION.COM.B
Una vez en la China los importadores buscan a personas que les ayuden a hacer sus compras, en caso de que no conozcan el mercado o no hablen el inglés.
Se tiene conocimiento de que varias familias de bolivianos se dedican a hacer éste trabajo en la China y cobran un 5 por ciento de la mercadería que compra el importador además de los gastos de comida y transporte.
Si el boliviano no encuentra el producto que requiere en las ferias, entonces visita las fábricas para poder buscar lo que demanda.
Cuando la compra es realizada el proveedor deja el producto en los puertos chinos para embarcarlo hasta el puerto más cercano a Bolivia, Iquique o Arica.
El costo del envío dependerá de la cantidad del producto y de su peso.
La mercadería que llega a Chile y que tiene como destino Bolivia es recogida por empresas bolivianas de transporte terrestre que la internan a la Aduana Regional de cada departamento.
La gerente regional de la Aduana, Dirsey Vargas, explica que el Gravamen Aduanero (GA), depende del tipo de producto y que conforme a los acuerdos internacionales también hay mercadería libre del pago.
Según la Ley de Aduanas de Bolivia los gravámenes van desde el 5 hasta el 35 por ciento del costo total de la mercadería. Y estos porcentajes arancelarios van en favor de la fabricación nacional, como una forma de incentivar a la industria boliviana. Por eso está determinado un 35 por ciento para la internación de ropa.
“Obviamente se está apoyando a la industria nacional porque cuando pones un costo bastante elevado para hacer la importación eso ayuda a la producción de ropa nacional”, explica Vargas.
Una vez que los productos chinos son desaduanizados, los importadores los llevan a sus tiendas donde los comercializan.
Los comerciantes que venden al menudeo compran los productos chinos principalmente en Oruro, por pequeñas cantidades.
La importación legal es barata y ha hecho que muchos comerciantes emprendan grandes negocios con mercadería china.
EL SUPERMERCADO CHINO
Gran cantidad de productos con el sello “Made in China”, son ofertados en el único supermercado de productos chinos que hay en Cochabamba.
Se trata del centro comercial Hot Spot, ubicado en la acera norte de la plazuela Quintanilla y que en cuatro niveles de su edificio ofrece productos y accesorios chinos con precios que oscilan entre los 5 y los 5.000 bolivianos.
Patricia Portillo, una de las socias de esta tienda explica que Hot Stop es un negocio familiar que emprendió junto a su madre y su hermana hace varios años.
Desde hace 15 años ella y su familia viajan a China cada año, aunque el comercio es la actividad de la familia desde hace 30 años cuando comenzaron con viajes a Brasil y Estados Unidos desde donde traían la mercadería solo en maletas.
En esos viajes descubrieron que el origen de los productos que llegaban a Estados Unidos y Brasil eran chinos y por eso decidieron viajar hasta el otro lado del mundo y convertirse en importadores mayoristas en Cochabamba.
Un viaje de avión hasta China toma unas 30 horas. El vuelo más largo es el que se realiza de Estados Unidos a Shangai, la capital económica de China donde se desarrollan ferias mundiales.
DE MALETAS A CONTENEDORES
De las maletas que se utilizaban para traer la mercadería de Estados Unidos y Brasil la familia Portillo pasó a utilizar contenedores. Los mercados chinos ofertan sus productos por mayor a los bolivianos, latinos, europeos, estadounidenses y comerciantes de todas partes del mundo.
“Todo se hace en China”, manifiesta Portillo, agregando que incluso los productos conocidos como “de marca” en Estados Unidos tienen origen chino pero que pasan por un estricto control de calidad para garantizar una buena oferta.
OFERTA VARIADA
Para mantener el centro comercial surtido y con artículos novedosos, éste supermercado chino importa al año alrededor de ocho contenedores con mercadería para todas sus secciones. Siguiendo los procesos legales la mercadería llega de China al puerto de Iquique en Chile en aproximadamente un mes.
La tienda Hot Spot tiene una oferta variada. En la primera planta se expone a la venta adornos para la casa, regalos de todo tipo, flores artificiales, lámparas, espejos y más. El segundo nivel está dedicado exclusivamente a las mujeres y ofrece accesorios para el cabello e infinidad de bisutería y fantasía para todo gusto.
El tercer nivel del centro comercial ofrece a los clientes artículos para el hogar que van desde platos, alcuceros, pocillos, vasos hasta comedores de piedra fornica. También hay artículos para el baño.
En el cuarto nivel la oferta está dedicada a los varones y niños, lo que principalmente se oferta es ropa pero que se importa de Estados Unidos y no de China.
“No me quiero meter mucho con la ropa china porque se paga un arancel muy alto”, dice la propietaria refiriéndose a los gravámenes elevados fijados en Bolivia.
Agrega que una gran cantidad de la ropa china que ingresa al mercado local se interna por contrabando y por eso se vende a precios más económicos.
Hacer un recorrido por todo el centro comercial sin observar muchos detalles puede tomar fácilmente una hora. En cambio, recorrer los centros comerciales más grandes del mundo que están en China toma como mínimo dos semanas según cuenta Portillo.
“Allá nos quedamos tres semanas a un mes, cuando ya conocemos el producto vamos por 15 días, es lo mínimo, sino no se consigue lo que uno quiere”, afirma la propietaria mencionando que la oferta china se distribuye en varios pisos de tiendas y callejones de los mismos rubros, en centros comerciales gigantes donde se encuentra desde lo más económico hasta lo más caro.
Hot Spot se abastece de al menos 500 proveedores para surtir su tienda.
El país asiático, ofrece como en los precios las más variadas calidades de los productos. Al no existir controles de calidad estrictos en Bolivia a veces llegan los peores productos alimentando el mito de que “lo chino es barato, ordinario y no sirve”.
Según esta importadora es necesario saber comprar ya que al hacerlo por stock y “a precio regalado” se corre riesgos de que la mercadería esté dañada hasta en un 80 por ciento .