Si alguna vez te preguntaste qué se siente ser cremado, este nuevo juego chino ayudará a saciar tu curiosidad. Su nombre es “Samadi 4 D – Experiencia de Muerte” y es un simulador de muerte que consiste en un horripilante ataúd, dramáticos efectos especiales y mucho calor para imitar la cremación. Esta mortífera experiencia fue lanzada en un parque de Shangai llamado “La ventana del mundo”.
Los jugadores comienzan participando de una serie de desafíos para escapar de la muerte. Luego, los perdedores deberán yacer en un ataúd y serán transportados a través de un incinerador artificial. Una vez adentro, se simulan los ritos de la muerte, hay aire caliente a 40º centígrados y proyecciones de luz. Todos estos factores tienen el objetivo de que sientan que están siendo cremados. Después, ven un útero proyectado en el cielo. Entonces, deben gatear hasta alcanzar una cápsula blanda y blanca que significa el renacimiento.
Ding, junto a su compañero Huang Wei-ping, realizó una extensa investigación antes de diseñarlo. Es por eso que estudiaron el proceso crematorio chino en detalle, que es por lo que opta el 50% de la población del país. Sabiendo que el realismo es un factor crucial para hacerlo un atractivo exitoso, el dúo visitó un crematorio y atravesaron el horno con las llamas apagadas.
“Ding fue al crematorio primero y fue muy estresante para mi verlo desde afuera”, contó Huang. “La persona encargado de controlarlo también estaba muy nerviosa, él se encarga de enviar cuerpos ahí pero no de sacarlos”. A Huang la experiencia le resultó traumática: “Hacía mucho calor, no podía respirar y sentía que mi vida estaba terminada”.
También, reveló que él siempre estuvo interesado en la muerte desde que comenzó un período de búsqueda interior. “China me hizo rico pero no me enseñó cómo vivir una vida rica. Estaba perdido”, confesó. Así fue que optó por estudiar psicología y ofreció mucho de si hasta que se sintió “salvado”. Por otra parte, Ding intentó investigar sobre el significado de la vida charlando con expertos en la materia: “Reuní a referentes de diferentes religiones y de otros campos para que hablen sobre la vida. Lo hice por dos años hasta que que me di cuenta que en vez de sentarme y escuchar pasivamente podía hacer algo”, explicó.
Al poco tiempo, crearon este polémico juego. A lo largo de los estudios realizados se dieron cuenta que muy poca gente se sentía cómoda con la idea de enfrentar a la muerte y eso tenía que ver con la falta de entendimiento al respecto, lo que les hacía tener sentimientos abrumadores. También, aprendieron que muchas personas pasan sus últimos días teniendo feos pensamientos y emociones falsas, en vez de apreciar la magnitud de la vida. Entonces, consideraron que esta nueva invención serviría para prepararlos para la última experiencia.
Para llevarlo a cabo obtuvieron el dinero a través de un sitio de financiamiento colectivo y recibieron alrededor de $67,000 dólares en tres meses. Ahora que ya está en funcionamiento Ding espera que sirva como una lección educacional para que las personas comiencen a hacerse preguntas sobre su vida.