NANCHANG, China, abr (Xinhua) — Al atardecer, cerca de dos millones de pollos se refugian en pinos en un terreno boscoso de la provincia de Jiangxi, este de China.
«En comparación con los pollos que crecen rápidamente listos para ser sacrificados en 20 días, nuestros pollos viven en el bosque en libertad, no en jaulas, al menos 150 días», dijo la granjera Zhou Jing, quien es graduada de la Universidad Windsor de Canadá.
La empresaria veinteañera renunció a su empleo en una oficina en Canadá en 2013 para regresar a su tierra natal en la ciudad de Fuzhou en Jiangxi, donde cría a los pollos en un terreno de 1.000 hectáreas en el bosque, que sus padres han trabajado durante más de una década.
Bajo la luz de la luna, Zhou señala un pino donde descansan al menos siete pollos. Duermen entre las ramas para evitar los ataques nocturnos de serpientes y de comadrejas amarillas, explica la joven emprendedora.
El padre de Zhou fue el primero en liberar a los pollos en el bosque hace más de siete años.
El hombre no tenía tiempo para atenderlos, pero las aves sobrevivieron por sí mismas en el bosque. Se alegró al descubrir que el excremento de los pollos funcionaban bien como fertilizante.
«Sólo aquellos que son fuertes y buenos para volar pueden vivir mucho tiempo en el bosque. Es la supervivencia del más apto», comentó Zhou Jing.
La granjera está convencida de que los pollos ayudan a satisfacer la creciente demanda de los consumidores chinos de alimentos de calidad.
«Cada vez más chinos están comprando productos en el extranjero debido a las preocupaciones de seguridad sobre los productos domésticos. Ya no están satisfechos con la comida rápida como el pollo frito y las hamburguesas», agregó.
Cuando Zhou estudiaba en Canadá, llevó a la Exposición Internacional de Alimentos de Montreal productos criados por sus padres, donde resultaron ser bastante populares.
Pero existen dificultades para tener un buen nivel de vida a partir de la agricultura de pequeña escala, por eso Zhou se enfocó en cubrir un nicho enfocado en el reciclado y en la vida rural sostenible.
Además de expandir las operaciones de crianza de pollos de sus padres, cavó un foso en medio de los árboles para canalizar el agua residual a un estanque, donde liberó caracoles y peces de barro para que ayudaran a purificar el agua. Las criaturas también sirven como presas de las tortugas de caparazón blando que cría Zhou.
El agua del estanque es bombeada a un campo donde se cultiva arroz.
Recoger los huevos en el bosque puede ser una tarea ardua, pero Zhou ha convertido esa labor en una experiencia turística, ya que permite que los clientes busquen los huevos en la granja.
Los pollos de Zhou, que son vendidos bajo la marca «Fénix volador», tienen un precio tres o cuatro veces superior que el promedio en el mercado.
Su granja tuvo ingresos de 100 millones de yuanes (15,4 millones de dólares) el año pasado, con utilidades netas de 23 millones de yuanes.
Las reformas del gobiernos chino enfocadas en la oferta para modernizar la agricultura exigen modelos agrícolas innovadores y sostenibles, como los desarrollados por Zhou.
Las autoridades locales planean invitar a chefs reconocidos para que preparen platillos a partir de los pollos de Zhou. Esperan que eso no sólo aliente la agricultura ecológica, sino que también ayude a desarrollar el turismo y cocina locales.
Para Zhou, vivir en el bosque, alejada del ajetreo citadino, era un sueño largamente anhelado que ahora se ha vuelto realidad.
Fuente> xinhuanet