El peculiar hobby de un holandés que transforma animales muertos en drones voladores.
Todo comenzó cuando un auto atropelló a su gato Orville en 2012. En ese momento, decidió que enterrarlo sería una pena; por lo que se inspiró en el tocayo de su mascota (Orville Wright, uno de los hermanos Wright), para convertirlo en un drone personalizado.
La reacción fue enorme. Jansen había pedido la ayuda del ingeniero técnico Arjen Beltman para diseñar y hacer volar su «medio gato–medio máquina».
Este experimento ha causado «indignación mundial» después de que las imágenes se volvieran virales. El Orvillecopter, como lo llama Jansen, fue expuesto posteriormente en el Festival de Arte de Kunstrai en Amsterdam.
Aunque lo más sorprendente es que no es el único drone personalizado que haría. Después de este «éxito», Jansen se volvió más ambicioso. En su siguiente proyecto, utilizó de nuevo un animal como base, pero un poco más grande. Pidió a las granjas locales un animal adecuado para sus ideas y terminó haciendo un nuevo drone con un avestruz fallecida.