En un mercado de telefonía móvil en el que Apple y Samsung se siguen llevando la parte más grande del pastel, muchos se preguntan cómo la aparición de Android ha convertido a los chinos y a su empresa abanderada, Xiaomi, en un peso pesado entre los ‘smartphones’.
Tanto Apple como Samsung siguen siendo los amos indiscutibles de la telefonía móvil a nivel mundial, pero han comenzado a cubrirse las espaldas. Los chinos asoman por el retrovisor: seis de las diez empresas de ‘smartphones’ son suyas y Xiaomi, la quinta de esa lista de los grandes, ya pisa fuerte lejos de Pekín.
Android como augurio de lo que vendrá
A diferencia de los gigantes de la electrónica como Apple y Microsoft, cuyos inicios están en los garajes de los jóvenes de Silicon Valley, Xiaomi tuvo un comienzo más acomodado. En el momento de su creación, su fundador, el millonario chino Lei Jun, no era precisamente nuevo en esto de la industria tecnológica.
Llegó a ser presidente de la china Kingsoft —un gigante del software—, y ya entonces empezó a coquetear invirtiendo en aquellas empresas emergentes que le llamaban la atención.
Hasta que en 2010 Jun empezó a fijarse en Android, un sistema operativo que en aquel entonces tenía un año de vida. Jun lo vio claro: ese sistema operativo torpe y poco acabado pero con un inmenso potencial había que explotarlo.
Ese mismo año salía al mercado el primer microprograma no oficial para teléfonos celulares de la mano de Xiaomi, basado en el código abierto de Android: Miui. Xiaomi acertaba. Miui estaba disponible para cualquier teléfono y no solo para los de la marca.
Un año más tarde salió al mercado un teléfono barato y potente compatible con Android y con Miui: el Xiaomi Mi One. El terminal, una copia del iPhone por dentro y por fuera, hizo furor en China. Su evolución, el Xiaomi Me Two, fue descrito por la revista Forbes como ‘el gran smartphone chino’. En un par de años se habían vendido ya más de 25 millones de unidades.
37 segundos para comprarlo
Con el Xiaomi Mi 3, la empresa de Jun decidió jugar fuerte. El terminal entró de lleno en el mercado indio. Volvía el furor. Los indios acabaron con las existencias de Xiaomi Mi 3 en menos de una hora comprándolo a través de Internet. El terminal se convertía así en el buque insignia de la compañía.
Las primeras unidades del siguiente modelo, el Mi4, se agotaron en la web de Xiaomi en 37 segundos. El teléfono destacaba por su estabilidad y por una batería gigante de 3080mAh que a día de hoy Apple y Samsung miran por el rabillo del ojo. El precio prácticamente no aumentaba: 325 dólares.
Made in China
Samsung y Apple no dejan de perder mercado y los vendedores chinos no hacen más que ganar terreno. ¿Por qué?
Ambas compañías pierden cuota de mercado porque tienen que vérselas cada vez más con una fuerte competencia china. Los chinos están vendiendo ‘smartphones’ de calidad a un precio bajo y con características innovadoras cuando tanto Apple como Samsung ofrecen los suyos a un precio que se acerca al atraco.
Fuente: sputnik