Se han filtrado ya algunos detalles. Estará disponible solo en el país asiático.
CiberP@ís. El País.
No es noticia que el mercado chino esconde extrañas peculiaridades. Sobre todo en el ámbito tecnológico, y, particularmente, en el sector de los móviles inteligentes. No en vano, se trata de un país en el que decenas de fabricantes, muchos de ellos desconocidos fuera de China y con terminales cuyas características rozan lo surrealista, compiten sin cuartel por una tajada del mayor pastel del mundo. Pero incluso en este escenario hay margen para la sorpresa, y la última ha sido sonada: Pepsi lanzará un móvil en el gigante asiático.
La posibilidad de que la multinacional de bebidas diese este salto rocambolesco llevaba semanas ocupando los contenidos de varias páginas especializadas, pero hasta ayer no se confirmó la noticia. Una portavoz de la empresa reconoció a Reuters que el P1, el nombre del modelo, existe y verá la luz en los próximos meses.
De hecho, se cree que todos los detalles sobre el terminal se darán a conocer el próximo día 20 en Pekín. Hasta entonces, los únicos datos que se conocen del aparato son los que han trascendido en una filtración en Weibo, la principal red social china.
16 GIGAS DE MEMORIA
Según la información publicada, tomada de la captura de pantalla de una hoja de especificaciones, el primer terminal fabricado para Pepsi será un discreto smartphone equipado con una pantalla Full HD de 5,5 pulgadas, un procesador de la china Mediatek a 1,7 Ghz, con 2 gigas de memoria RAM y 16 gigas de memoria interna.
Contará con una cámara posterior de 13 megapíxeles y otra anterior, la de los selfis, de cinco megapíxeles. Costará 1.299 yuanes (185 euros) y utilizará la versión 5.1 de Android. En las fotografías mostradas, en las que se aprecia el logotipo de Pepsi en la tapa trasera, también se puede obserhar que el aparato tendrá un cuerpo metálico y dispondrá de un lector de huellas dactilares.
El anuncio pone sobre la mesa varias preguntas. La primera es qué lleva a Pepsi a lanzarse a un mercado saturado con un terminal que no aporta nada nuevo.
Fuente: la nacion