EFE
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Más allá de los móviles con conexión a internet de hoy, será una tecnología con velocidades y capacidades de gestión de tráfico de datos aún inimaginables.
Tras varios años de lanzamiento de la tecnología móvil de cuarta generación (4G), la primera que cuenta con estándares internacionales unificados (los LTE, o Evolución para el Largo Plazo, en inglés), el sector ya piensa para 2020 en el 5G, que hoy parece una telefonía de ciencia-ficción.
Más allá de los móviles con conexión a internet de hoy, será una tecnología con velocidades y capacidades de gestión de tráfico de datos aún inimaginables, que podrían hacer posible desde interfaces y conversaciones con proyecciones holográficas en tres dimensiones a vivir entre millones de objetos cotidianos interconectados entre sí.
El debate sobre los futuros estándares técnicos y las exigencias tecnológicas necesarias para su puesta en marcha agita estos días en Shanghái el Foro Mundial de Banda Ancha Móvil 2014.
El encuentro, organizado por el gigante tecnológico privado chino Huawei, el segundo mayor productor mundial de equipos de telecomunicaciones, reúne este año a varios cientos de representantes de operadoras de telefonía, fabricantes, investigadores y académicos.
«A nuestros padres el 5G les parecerá una tecnología ubicua y sin interrupciones, que permitirá tener una interfaz con la que interactuar prácticamente con cualquier cosa», explicó hoy a un reducido grupo de periodistas Tong Wen, vicepresidente del centro de investigación y desarrollo de Huawei en Canadá, centrado en la 5G.
«Eso no significa solamente utilizar un pequeño aparato para entrar en internet, y desde internet hacerlo todo, como es el modelo que tenemos ahora mismo», explicó: «con el 5G tendremos conexión a internet de banda ancha (a velocidades de gigabytes por segundo), pero con una interfaz que podría ser muy inmersiva».
La telefonía 5G, que se espera que empiece a ser habitual en nuestras vidas entre 2020 y 2030, permitiría aplicaciones como las que ya se están desarrollando en laboratorio: interfaces basadas en proyecciones holográficas mediante láser, una realidad virtual con la que sería posible interactuar y mantener conversaciones en 3D.
«Los surcoreanos tienen un programa nacional, que anunciarán en unos ocho años», reveló, «por el que podrán ofrecer aparatos móviles que harán posible este tipo de proyecciones y de interconexión con las redes» de telefonía, que para entonces podrán gestionar unas mil veces más tráfico y a unas cien veces más rápido que hoy.
Aparte de estas «interacciones entre humanos», la tecnología 5G también permitirá un grado sin precedentes de automatización de nuestra vida diaria, con interconexiones de máquina a máquina entre nuestros hogares, vehículos y objetos cotidianos, que podrán ser coordinados, o compartir datos entre sí, en nuestro beneficio.
Esto hará posible un futuro «internet de las cosas» que permitirá eliminar la acción humana directa en todas estas operaciones, con incontables aplicaciones posibles, desde una gestión del tráfico urbano coordinada automáticamente por internet a controles médicos sistemáticos del usuario.
El tamaño del mercado potencial podría ser, en la próxima década, de unos 100 millones de vehículos, 1.000 millones de hogares, 10.000 millones de instalaciones industriales y unas 100.000 de logística, vaticinan los estudios que maneja Tong: «este es el grado de conectabilidad que permitirá esta tecnología», concluyó.
Su conjunción con el creciente desarrollo de los sistemas de procesamiento y análisis de inmensas cantidades de datos en tiempo real («Big Data») y de la robótica, señaló, pueden dar un vuelco tecnológico al mundo en las próximas décadas que aún hoy parece ciencia-ficción.
El camino hacia esto pasa por el Congreso Mundial de Radiofonía de noviembre de 2015, donde se adjudicarán mundialmente nuevos anchos de banda del espectro radiofónico, aplicables para tecnología 4G y 5G, lo que «sentará las primeras bases» de esta última, para la que aún no hay estándares técnicos establecidos.
Entre 2016 y 2017 el sector se reunirá para estudiar esos posibles estándares, entre 2017 y 2019 previsiblemente se fijarán unos unificados para todo el mundo, y entretanto las firmas del sector estarán preparando ya el lanzamiento comercial de esta tecnología desde 2020, de la que habrá redes nacionales hacia 2023.