Cuanto daño hacen las compras compulsivas, estás navegando por internet, o entras en una tienda de todo a 1€ y ves algo que en ese momento te parece fabuloso, además es barato, y piensas…. Que carajo, me lo compro ahora mismo!.
Los smartphones de hoy son monolíticos. En el mejor de los casos, lo único que se les puede cambiar es la batería. Esto hace que los usuarios no puedan escoger cada pieza según sus necesidades, por lo que les toca adquirir grandes ‘cocteles’ de especificaciones que no siempre se ajustan a lo que en realidad requieren.
Dicen que mientras uno haga con su vida y con su plata lo que le quiera pero sin dañar a nadie pues entonces la mayoría pensamos que está bien (o al menos asi debería ser).
El mercado de teléfonos móviles está tan saturado que la exclusividad es mínima, no obstante existen un reducido número de smartphones que presentan unas diseños que a más de uno lo dejaría con la boca abierta. Estos son los móviles más raros:
Cada cierto tiempo sale a la luz el móvil más caro del mundo, el cual, por supuesto, no tiene que ver con especificaciones especiales que lo transformen en un dispositivo digno de 15 millones de dólares, sino que tiene que ver con cómo están fabricados o cubiertos en su parte exterior.
A principios de este 2014 una compañía taiwanesa experta en el desarrollo de cristal electrónico de visión óptica, presentó un primer modelo de teléfono móvil transparente que podría estar disponible en el mercado a finales de este mismo año.
Cada robot le cuesta a Song unos 40.000 yuanes (unos 6.500 dólares), es decir el equivalente de un salario anual de un empleado de carne y hueso.
Todos sabemos que en China lo que menos sobra es el espacio, por lo que siempre tratan de aprovechar todo lo que pueden, tal como lo verán en estas imágenes curiosas.
Una nueva forma de interacción con dispositivos móviles consiste en proyectar los teléfonos en la palma de la mano o sobre cualquier otro tipo de objeto.
Las diferencias culturales dictan la manera en que se usan los teléfonos celulares alrededor del mundo. Las palabras que los describen y la etiqueta relativa a su uso difieren de país en país.
